Desde la izquierda se pide bajar la edad del voto a los 16 años. El argumento es que si los jóvenes de 16 años son maduros para trabajar y tienen responsabilidad penal, también son maduros para votar.
Me parecería un buen argumento si fuera acompañado por la bajada de edad para la conducción, o si no fuera acompañado, justo en el mismo plazo temporal, por otras medidas que consideran que los jóvenes no son maduros para beber alcohol o fumar.
Usando el lenguaje ochentero que tan de moda está entre políticos boomer y millenial, creo que Sumar no sabe *de qué va* esto.
En realidad, desde la llegada del socialismo al gobierno en 1982 hasta hoy, esto *ha ido* de subir la edad. Subir la edad para trabajar, para tener responsabilidad penal, para poder quedarse solo en casa, para dejar de estudiar, para conducir ciclomotores, para enrolarse en el ejército, para casarse, para consentir relaciones sexuales (ahí ha habido una montaña rusa de subidas y bajadas), para beber alcohol (aunque ahí ha dependido de comunidades autónomas), para fumar, para usar redes sociales, e incluso, en el último mes, para tomar bebidas con cafeína en la maquina del instituto.
Incluso hay quienes proponen prohibir algunas actividades a los adultos jóvenes (no a los young adult de 14 años del mundo editorial, sino a los que tienen 18 recién cumplidos), obviando que, según la constitución, a esa edad tienes todos tus derechos y todos tus deberes.
Mucho más beneficioso para los jóvenes de 16 y 17 sería que se implementasen medidas prácticas, como que *la empresa tramitase su inscripción en la seguridad social* (como se hacía en los 90) o, si se teme fraude, que *el instituto de FP tramite sus altas en la seguridad social*. Ese es el principal problema que han tenido nuestros alumnos de Ciclos Formativos: conseguir cita para tramitar su inscripción en FP y poder hacer prácticas.
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